Pronombres

La importancia de una buena sustitución

En muchos deportes el entrenador cambia a un jugador por otro cuando lo considera necesario. Igualmente, en el texto debemos sustituir un nombre por un pronombre para evitar repeticiones cansinas.  

FUTBOLISTAS

Así, con comparaciones futboleras, llegamos a la definición de pronombre, una palabra que sustituye al sustantivo.

¿Verdad que los todos jugadores son diferentes, (delantero, defensa…), porque hacen diferentes tares en el equipo? Del mismo modo, hay distintos tipos de pronombres, distinguimos:

1.Pronombres personales, hacen referencia a las tres personas gramaticales.

CUADRO PRONOMBRES PERSONALES

2.Pronombres demostrativos, muestran distancia respecto al hablante, es decir, proximidad o lejanía.

CUADRO PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS

3.Pronombres indefinidos, indican cantidad indeterminada.

CUADRO INDEFINIDOS

4.Pronombres numerales, indican cantidad exacta. Solo se consideran pronombres uno y primero, porque nunca preceden al sustantivo. Los demás son determinantes.

5.Pronombres interrogativos y exclamativos, siempre llevan tilde y aparecen, (lógicamente), en oraciones interrogativas y exclamativas.

CUADRO INTERROGATIVOS Y EXCLAMATIVOS

6.Pronombre relativo que, lo reconoces porque introduce una oración subordinada adjetiva, (no encuentro el libro que me regalaste). Échale un vistazo a esta entrada, si te atreves.

En la gramática tradicional la diferencia entre pronombre y determinante era estricta, si hay sustantivo es determinante, y si no lo hay es pronombre. La Nueva Gramática de la RAE, en cambio, considera que algunos posesivos, demostrativos y numerales como mío, varios, muchos, dos, segundo… son determinantes de un sustantivo omitido. Por ejemplo, en las siguientes oraciones mía, varias y tres son determinantes que acompañan a un sustantivo omitido.

¿Quedamos en tu casa o en la mía?

Me encantan las pulseras, siempre llevo varias.

No sé cuántos libros llevaré al viaje, tal vez lleve tres.

En resumen, no confundas al defensa con el portero, ni al pronombre personal con el demostrativo,  puede ser catastrófico. Y recuerda, haz las sustituciones precisas cuando escribas para que tu texto no resulte pesado, repetitivo ni machacón.

Determinantes

O adjetivos determinativos, es lo mismo

¿Y qué hace un sustantivo por ahí, paseando solito por las líneas de un texto?

No hace nada, porque no le gusta pasear solo, así que normalmente lo veréis acompañado de un determinante, que va justito justito a su lado. Y ahí van los dos, determinante y sustantivo, agarrados de la mano. ¡Y fíjate cómo concuerdan, qué bien combinados van!

Determinante y sustantivo paseando

Así, los determinantes son palabras que acompañan al sustantivo y precisan su significado, es decir, señalan si nos estamos refiriendo a algo conocido, si está lejos, o de quién es… y muchas cosas más, pero vamos poco a poco.

Empezamos con los tipos de determinantes:

1.Artículo

Muestra si el sustantivo al que acompaña se refiere a algo ya conocido, o general. Por ejemplo, el río está seco en verano.

2.Demostrativos

Señalan distancia, por ejemplo, me gusta este boli, pero aquel lápiz escribe mejor.

3.Posesivos

Indican pertenencia. Mi perro se llama Sultán.

4.Numerales

Muestran la cantidad exacta. Tengo tres gatos.

5.Cuantificadores

Indican una cantidad, pero indeterminada. También pueden llamarse indefinidos. Por ejemplo, algunos compañeros llegaron tarde.

Y vamos con un esquema, que siempre ayuda.

Esquema tipos de determinantes

Y por supuesto, nunca diríamos “vimos aquellas película”, ¿verdad?, porque el sustantivo y el determinante deben ir en el mismo género y número, deben concordar. Igual que dos amigos que se ponen de acuerdo  para ir arreglados o informales.

Espero que ahora no te resulte difícil encontrar y clasificar los determinantes, porque ahora te fijarás en que van de la mano de un sustantivo, en amor, compañía y concordancia.

Clasificación del sustantivo

Según su significado

El orden es importante en una casa, porque si cada cosa está en su sitio, no perdemos nada, ¿todos estaríamos de acuerdo en esto, verdad?

Ya hemos visto en otra entrada que las categorías gramaticales son como cajones o armarios en los que guardar palabras, y que no es buena idea guardar las camisas en el cajón de las cucharas, más que nada porque se arrugarían muchísimo y porque es muy difícil comer la sopa con camisa o vestirse con una cuchara. Igualmente, no debemos confundir un sustantivo con un adjetivo o un verbo.

Hoy nos vamos a ocupar del sustantivo, (o nombre), que es una palabra que designa seres, lugares, objetos, lugares o sentimientos. Y volviendo a la comparación, aquí veremos qué hay dentro del armario donde guardamos los sustantivos.

Armario de los sustantivos

Así, podemos clasificarlos en cuatro tipos según su  significado:

Comunes o propios.

Concretos o abstractos.

Individuales o colectivos.

Contables o incontables.

1.Los sustantivos propios señalan un ser entre todos los demás de su clase, y van en mayúsculas. Por ejemplo, Juan o Ana, (que son antropónimos); Lugo, Cáceres, (que son topónimos); Amazonas, Pirineos… Los sustantivos comunes son todos los demás, aquellos que no individualizan. Por ejemplo, chico, mesa o río.

2.Los nombres concretos pueden percibirse por los sentidos, los vemos, los tocamos, olemos… Por ejemplo, libro, montaña o ciudad. Los abstractos, en cambio, designan conceptos o ideas que no se perciben por los sentidos. Son abstractos la amistad, la paz, la alegría, por ejemplo.

3.Los sustantivos individuales designan realidades simples, en cambio los colectivos siempre representan conjuntos, aunque estén en singular. Son nombres colectivos, por ejemplo, orquesta, (formada por músicos), rebaño, (por animales), pinar, (por pinos).

4.Los sustantivos contables, como su nombre indica, pueden contarse, yo puedo comerme una galleta, dos o tres. Y los incontables no pueden contarse, por ejemplo, harina, arena, niebla. Así, si queremos cuantificarlos tenemos que utilizar otros recursos, podemos hablar de un kilo de harina, un saco de arena, un banco de niebla, pero de ninguna manera diríamos tres harinas* o cuatro arenas* o dos nieblas*.

En fin, mis aprendices, es importante que el armario de los sustantivos esté ordenado. Y para organizarlo mejor os voy a regalar cuatro perchas.

Esquema perchas

Morfología o sintaxis, esa es la cuestión

Todos conocemos el principio del famosísimo monólogo de Hamlet «ser o no ser…» y todos hemos estado igual de confusos que el pobre príncipe de Dinamarca cuando nos piden que analicemos morfológica o sintácticamente.

También es cierto que llevas haciendo estos análisis desde primaria, (¡confiésalo!),  pero tal vez no te has parado a pensar qué estabas haciendo, y sólo lo repetías mecánicamente.

David Garrison at Pexels

¡Error! En gramática no puedes repetir nada mecánicamente, tienes que reflexionar.

Bien, pues con una comparación un poco loca voy a explicártelo definitivamente, mi aprendiz de mago, para que te quede bien clarito.

Imagina que estoy hablando contigo y me dices que tienes una mascota. Y cuando te pregunto qué mascota es tú me respondes que es un gato. Fíjate, te estoy pidiendo el análisis morfológico de tu mascota. Así, cuando te pida que analices morfológicamente una palabra, debes decirme qué es, si es un sustantivo, un adjetivo, un verbo, etc.

Seguimos hablando y te sigo preguntando, » ¿y qué hace tu gato?», y me contestarás, por ejemplo, que caza ratones, o juega con una pelotita, o araña la mesa del salón. Y seguimos también con la comparación, te estoy pidiendo el análisis sintáctico del gato. De este modo, cuando te pido el análisis sintáctico de una palabra o de un grupo de palabras, deberás decirme qué función realiza en la oración: si es el sujeto, el complemento directo, el complemento circunstancial, el núcleo del predicado… porque las palabras ni cazan ni arañan como los gatos.

Pixabay at Pexels

Resumiendo, y para entendernos:

→El análisis morfológico se centra en qué es la palabra, (que es lo mismo que la categoría gramatical), si es sustantivo, adjetivo, preposición, etc.

→El análisis sintáctico se ocupa de qué hacen las palabras, su función, su trabajo, si es complemento indirecto, modificador, sujeto…

→Así que no te líes, recuerda el gato: si te pido morfología, te pregunto qué es, (es un gato), si te pido sintaxis, te pregunto qué hace, (caza ratones).

→Por último, esta es una explicación didáctica, un truco para ayudarte, pero ni se te ocurra poner esto en un examen cuando te pidan la definición.

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