La imaginación es una herramienta poderosísima y estoy firmemente convencida de que el ser humano mejora y resuelve problemas gracias a su creatividad. Por esta razón, en el microcosmos que es nuestra aula utilizamos la imaginación y la creatividad para mejorar las competencias de nuestros alumnos.
Una muestra de este principio ha sido el taller de escritura creativa que hemos llevado a cabo este curso en el Centro Galén, concretamente en 2º de la ESO.
Partimos de la base de que a conducir se aprende conduciendo y a escribir escribiendo. Y también tenemos claro que ir siempre por la misma carretera o tratar constantemente los mismos temas en un bucle infinito sería aburridísimo. No inspiraría ni motivaría al mismísimo Cervantes.
Por eso, este curso decidimos llenar el aula de seres fantásticos, sugerentes y evocadores que nos arrastraron poco a poco a otros mundos. Los resultados fueron diálogos con extraterrestes a los que explicar cómo es la vida escolar en la Tierra, confesiones de un vampiro que está harto de perder amigos y de no ver el sol, la verdadera historia de Caperucita Roja, (contada con saltos temporales incluidos), o descripciones de una agobiante sociedad distópica marcada por la represión… Lo hemos considerado un TALLER DE ESCRITURA CREATIVA, pero también podríamos considerarlo un viaje alucinante o un laboratorio de creatividad.
De este modo, se han ido trabajando los distintos tipos de textos, los diferentes narradores, o las posibles formas de ordenar una narración, (puntos importantes del currículo de Lengua Castellana y Literatura. Además, ponerse en la piel de muchos personajes fomenta la empatía y el autoconocimiento, tan necesarios para crecer en equilibrio.
En resumen, para mí ha sido una experiencia preciosa y emocionante, creo que para ellos también. Y ya sabéis, donde hay emoción hay aprendizaje.