Ortografía de los extranjerismos

Si rebuscamos en el léxico de un idioma siempre encontraremos extranjerismos o préstamos, es decir, palabras tomadas de otras lenguas, (ya lo vimos aquí). Así, pedimos prestadas palabras para dar nombre a nuevas realidades, por ejemplo pendrive o piercing. O simplemente adoptamos un vocablo de otro idioma porque nos gusta o nos atrae. Por ejemplo, coach se está utilizando mucho, aunque la RAE, (y el sentido común), indican que es preferible emplear entrenador, asesor, o preparador, según el contexto.

Hoy quiero centrarme en cómo se escriben estas voces procedentes de otras lenguas, porque puede ser un poco lioso. Y para hacerlo debemos distinguir lo crudo de lo adaptado, (o acomodado).

Imagen chuletas y sofá

Los extranjerismos crudos deben escribirse en cursiva o entre comillas, (si escribimos a mano), para marcar que conservan la grafía y pronunciación de su lengua de origen. Por ejemplo:

Ayer comí pizza mientras escuchaba un blues.

Los extranjerismos adaptados, en cambio, se escriben en letra redonda y sin ninguna marca especial porque son palabras totalmente integradas en el sistema. Podemos decir que son palabras que ya se han puesto cómodas en nuestro idioma, (por eso la imagen del sofá), es decir, se han adaptado a la grafía y pronunciación del español, y también siguen sus reglas ortográficas.

Por ejemplo:

Mañana te invitaré a espaguetis después de preparar mi currículum y jugar al bádminton.

Las he puesto en negrilla y subrayadas para que se vean bien en el ejemplo…

Voy con las comparaciones que tanto me gustan, los extranjerismos adaptados son como el emigrante que tras varios años en un lugar está plenamente integrado, como si hubiese nacido allí, y conoce perfectamente todas las tradiciones de la zona, sus costumbres, los lugares…

Y una curiosidad para acabar, como los hablantes de español somos un montón, (unos 580 millones aproximadamente), y distribuidos por muchos países, encontramos adaptaciones diferentes de algunas palabras. Por ejemplo, del inglés piyjamas derivan los préstamos adaptados piyama, muy usado en América, y pijama, mayoritario en España, (ambos correctos).

En resumen, si te adaptas al castellano, sácate la cursiva y las comillas, que estarás más cómodo.

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