Cuando escuchamos una palabra, aparece en nuestra mente un concepto, es decir, la asociamos rápidamente a una idea, ese es su significado.
Pero esto no podría ser tan sencillo, así que vamos a ver que hay dos tipos de significado: el denotativo y el connotativo.
Significado denotativo: es el significado objetivo, común para todos los hablantes. En este significado no se aporta ninguna valoración personal. También podemos llamarlo significado propio, y es el que encontramos en el diccionario.
Significado connotativo: es el significado subjetivo y personal que se añade a una palabra. Es expresivo y depende del contexto.
En un primer momento, puede parecer raro, pero el significado connotativo se usa muchísimo en la vida diaria, en la publicidad y, por supuesto, también en la literatura. Os pondré un par de ejemplos.
Así, para un marinero el mar significa trabajo y esfuerzo, puesto que es donde pasa su jornada laboral. En cambio, para un amante del surf el mar implica diversión, pasión y disfrutar sobre las olas. El significado connotativo de mar, por lo tanto, es diferente para cada uno de ellos.
Y otro ejemplo más, ahora del habla coloquial, el significado denotativo de cabra que aparece en el diccionario de la RAE es: «Mamífero rumiante doméstico, como de un metro de altura, muy ágil para saltar y subir por lugares escarpados, con pelo corto, áspero y a menudo rojizo, cuernos vueltos hacia atrás, un mechón de pelos largos colgante de la mandíbula inferior y cola muy corta».
Y habitualmente imaginamos las cabras saltando por ahí, así que las asociamos a la locura, a las travesuras y a las acciones inesperadas. Este es su significado connotativo.
Así que si alguien me dice que estoy como una cabra, tengo claro que me está llamando loca, ¿verdad?, y no mamífero rumiante doméstico.