Y seguimos, poco a poco, recorriendo el largo camino de la sintaxis, disciplina fundamental para un buen mago de la gramática. Así que mucho ánimo y ¡vamos allá!
Vimos en otra entrada que la oración subordinada sustantiva realiza la misma función que el sustantivo en la oración simple. Pues aquí vamos a ver que la oración subordinada adjetiva hace la misma función que el adjetivo en la simple, es decir, es un modificador.
Por eso, el primer truco para reconocer una oración subordinada adjetiva es sustituirla por un adjetivo, (que os inventéis vosotros), y comprobar si ambas oraciones son equivalentes. Por ejemplo:
¿Queda bien, verdad? Seguimos diciendo algo del gato. Eso quiere decir que la oración es adjetiva.
Y el segundo truco para reconocer una oración subordinada adjetiva es sustituir el pronombre relativo QUE por el cual, la cual, los cuales o las cuales, (de acuerdo con el género y número del antecedente), y comprobar que sea equivalente y quede bien. Lo hacemos con el ejemplo anterior:
María tiene un gato el cual es cariñoso.
En resumen, si hacéis estas dos pruebas:
1.Sustituir la oración por un adjetivo.
2.Sustituir el pronombre relativo QUE por el cual, la cual, los cuales o las cuales.
Podréis afirmar, sin temor a equivocaros, que la oración que tenéis delante es subordinada adjetiva.
Y una última advertencia, mis aprendices, todas estas sustituciones son trucos, o pruebas para hacer el análisis sintáctico. Y ya sé que a veces las oraciones resultantes son un poco raras, que no diríamos en una conversación real. Pero hay que fijarse en que estas oraciones tengan sentido, sean correctas o equivalentes, y solo en ese caso la magia de las pruebas de la sintaxis está funcionando y nos está llevando a la conclusión acertada.