No os dejéis asustar por el nombre, es más fácil de lo que parece: una perífrasis verbal es un compuesto de dos verbos que funcionan como uno solo.
¿Y qué pinta tiene una perífrasis?
Pues el primer verbo está en forma personal, es decir, en 1ª, 2ª o 3ª persona de cualquier tiempo. Y el segundo verbo está en infinitivo, gerundio o participio. En el medio puede haber un enlace, (o no…)
Os pongo unos ejemplos:
Mañana voy a repasar el examen toda la tarde. Me pondré a estudiar a las 4, y luego seguiré trabajando hasta la hora de cenar.
Además, debéis fijaros en que el primer verbo, (que es el auxiliar), pierde parte de su significado. Lo veréis mejor con otro ejemplo:
Tengo una bicicleta nueva: aquí tener es sinónimo de poseer, que es su significado habitual.
Tengo que ir al dentista: aquí tener es el auxiliar de la perífrasis, y su significado no tiene nada que ver con poseer, sino que los dos verbos juntos expresan la obligación de ir.
Así, veis que al unir los dos verbos aparece, (mágicamente), un significado nuevo de obligación.
En resumen y como truco para acordaros, las perífrasis verbales son el 2 en 1 de los verbos: compras uno, te llevas dos, y además te regalamos un plus de significado.